lunes, enero 17, 2005

FULGOR Y MUERTE DE LA CULTURA LIBERTARIA


I Festival de Musica Progresiva (Granollers - Palou, 22 de mayo de 1971)



Vuelve lo libertario. Revisitar la explosión del anarquismo catalán a finales de los setenta se ha puesto de moda.

La novela de David Castillo El Cel De l’Infern (Proa, 1999) y el más reciente estudio de Joan Zambrana sobre el movimiento, La Alternativa Libertaria. Catalunya 1976-1979, que acaba de publicar Edicions Fet a Mà, proyectan una nueva luz sobre unos años fundamentales y un fenómeno de una gran significación cultural.

En 1977 Muntadas participó en un filme colectivo titulado En La Ciudad. En su episodio, el espectador veía dos monitores de televisión con dos escenas muy distintas.
La primera la había filmado el propio Muntadas en la Rambla y mostraba a los viandantes, muchos de ellos con melena y pantalón acampanado.
La otra reproducía imágenes del Telediario, con la presentadora Isabel Tenaille y el ministro Martín Villa. Muntadas quería evidenciar con este montaje la enorme distancia que separa la realidad cotidiana de la historia oficial.

Hoy podríamos hacer algo parecido. Coger aquellas imágenes de la Rambla de 1977 y confrontarlas con los reportajes sobre la transición de Victoria Prego. ¿Adónde han ido a parar los melenudos y los pantalones de campana? ¿Quién los ha borrado?

Castillo recorre los escenarios de la Barcelona libertaria, cuenta la aparición de comandos y grupos armados, la persecución del anarcosindicalismo a raíz del caso Scala y la vida cotidiana en la prisión Modelo, donde todavía el recuerdo de la ejecución de Salvador Puig Antich flotaba en el aire.

El libro de Zambrana recrea el fulgor y muerte del movimiento libertario, desde la reconstrucción de la CNT en 1976 hasta el congreso de Madrid, en diciembre de 1979. Los dos relatan la fractura interna -que acabó provocando la escisión- entre el movimiento sindical propiamente dicho y las tendencias antiautoritarias y psicodélicas nacidas del mayo francés.

Feminismo, antipsiquiatría, cómic, surrealismo, psicodelia, conviven en unos años de una gran intensidad creativa. En estas páginas presentamos una visión más atenuada, menos política, un mapa de la cultura libertaria y sus derivaciones para uso de ácratas irredimibles y jóvenes navegantes.




CONCEPTOS CLAVE PARA ENTENDER
LO QUE PASABA



LAS COMUNAS


Un libro de moda en los setenta: Las Comunas, Una Alternativa A La Familia, de Josep Maria Carandell (1972). Otro: Las Puertas De La Percepción, de Aldous Huxley, sobre las experiencias del autor con la mescalina.

Nuevas aventuras comunitarias, experiencias psicodélicas, sexo a cualquier hora. La época tiene un reflejo en las novelas L'Adolescent De Sal, de Biel Mesquida (1975), y L'Udol Del Griso Al Caire De Les Clavegueres, de Quim Monzó (1976).


AJOBLANCO


El primer número de la revista Ajoblanco (la cabecera diseñada por Monzó imitaba las letras de la Coca-Cola y costó una querella por plagio) se publicó en septiembre de 1974.

Pepe Ribas distingue tres etapas en la primera era de la revista (la segunda fue su resurgir hace unos diez años): la primera etapa, underground (1973-74); la segunda, libertaria (1975-76); la tercera, libertaria-situacionista (1977-78)

En esta última, el Ajo alcanzó su mayor difusión (150.000 ejemplares)


LAS JORNADAS LIBERTARIAS


Las Jornadas Libertarias Internacionales se celebraron en Barcelona del 22 al 25 de julio de 1977.

Discusiones y debates en el Saló Diana, los actos más multitudinarios (conciertos, verbena y tenderetes anarquistas internacionales) en el parque Güell.

Periodistas de Ajoblanco y Libération publicaron un diario de 12 páginas para los más de 600.000 participantes (unas diez veces la asistencia del último Sónar)


EL VIEJO TOPO


Dedicada al ensayo teórico de izquierdas, esta revista se apuntó uno de sus primeros éxitos con el número de noviembre de 1976 sobre el anarquismo.

El suicidio de Claudi Montanyà (novelado por Monzó en L'Udol Del Griso Al Caire De Les Clavegueres) marca un antes y un después en la historia de la revista.

Empieza a dar síntomas de agotamiento en 1980, aunque la revista no desaparece hasta dos años más tarde. La literatura ocupará el lugar de la política. El Topo dejará su sitio a Quimera.
Actualmente, vuelve a estar en la calle.


NOSOTROS, LOS MALDITOS


De regreso del "Gran Viaje", en 1977, Pau Malvido publicó en la revista Star una historia de la contracultura desde los primeros hippies hasta el nacimiento de los movimientos libertarios.

Malvido habla de "ese descaro que empieza a verse, este mensaje en el momento de hacer las cosas como a uno le dé la gana, este cambio que va de una ilegalidad oculta, muy suya, a otra ilegalidad más descarada, practicada a campo abierto".

A medida que avance la década de los setenta, los más radicales se harán punks.


LOS "PASOTAS"


"¿Qué es un "pasota"?", se preguntaba Ignacio Fernández de Castro en El Viejo Topo (marzo de 1979). Los clandestinos de la democracia: rechazan la política y viven del trapicheo.

Muchos de esos pasotas habían iniciado su trayectoria en partidos de extrema izquierda, para pasar luego a la CNT.

La situación se agravó con las purgas del V Congreso en diciembre de 1979 y la crisis del anarcosindicalismo.


OCAÑA, CAMILO, NAZARIO


El Canet Rock de 1977 pasará a la historia por la esperpéntica actuación de Pau Riba y Perucho's (que pilló a muchos en pleno viaje de ácido y provocó escenas de terror) y por el asalto al escenario del grupo de Ocaña, Camilo y Nazario en traje de andaluza.

Ventura Pons recreó el particular mundo del artista, con sus procesiones, sus peinetas y sus mantillas en Ocaña, Retrat Intermitent, que se presentó con éxito en el Festival de Cannes de 1978.

Los personajes de la novela de Lluís Maria Todó El Joc Del Mentider (1994) acuden a una de las fiestas de Ocaña.

La mirada familiar sobre la plaza Reial y el barrio chino en Anarcoma, el cómic de Nazario, es un clásico.


EL TEXTUALISMO


El telquelismo francés tuvo sus secuelas entre nosotros. Frente a la línea más ortodoxa, representada por Jiménez Losantos, Alberto Cardín y Jordi Llovet, otra más alocada, en la que figuraban Monzó, Lluís Fernández y Biel Mesquida. Carles Hac Mor nadaba entre dos aguas.

En una de sus revistas, Textual, Monzó publicó, con evidente intención paródica, un fragmento de novela del oeste de Marcial Lafuente Estefanía, traducido al catalán, como si se tratara de uno de aquellos textos sesudos de Phillip Sollers.


LOS TEBEOS DEL "ROLLO"


Carajillo Vacilón
, Nasti de Plasti o Sidecar despliegan un impresionante arsenal de recursos gráficos: desde el "detournement" (el collage de elementos ya existentes mezclados con textos propios) hasta el dibujo psicodélico, de la fotonovela casera a la revisión del cómic contracultural norteamericano o de los clásicos de Bruguera.

Algunos de los más destacados ilustradores y diseñadores de hoy -Mariscal, Gallardo- salen de ahí. La canción de Sisa Qualsevol Nit Pot Sortir El Sol, que convocaba a los personajes de tebeos a una reunión en su casa, se convirtió en un himno.


EL SALÓ DIANA


Los de la farándula (del acomodador a la primera actriz) estaban todos apuntados a la CNT.

Creada en 1976, la Assemblea de Treballadors de l'Espectacle (A.D.T.E.) ocupó un destartalado teatro del Raval, el Saló Diana, que se convirtió en una referencia ciudadana.

Hubo momentos muy divertidos (una delirante representación del Tenorio en el mercado del Born a la manera del Grand Magic Circus), otros de pura retórica asamblearia y uno espeluznante, con la persecución a Boadella y Els Joglars por su obra La Torna, que dramatizaba la ejecución del delincuente común Heinz Chez, para minimizar la de Puig Antich.

Entre los elementos más activos del A.D.T.E. figuraban Mario Gas, Juanjo Puigcorbé, Els Comediants y Jordi Mesalles.


EL FREE


De la radicalización de la música progresiva de principios de los setenta (Màquina!, Om, Secta Sònica) nació el free, un movimiento que proponía una "limpieza musical".

El más celebre grupo fue Perucho's, que actuó en el mitin de la CNT del 2 de julio de 1977 ante más de 100.000 almas.

Pero el personaje más enigmático de esta movida era Quadreny, un cantautor monocorde que las crónicas recuerdan con una fuerte carga poética (no siempre apreciada por el público)

Del free nacen parte de la música postindustrial de principios de los ochenta y las primeras radios libres.


ACRACIA, CONTRASEÑAS


Nacidas al amparo de la gauche divine, las editoriales Anagrama y Tusquets flirtearon con las ideas libertarias.

Herralde publicó las obras del situacionista Vaneigem (Tratado Del Saber Vivir Para Uso De Las Jóvenes Generaciones) y textos de referencia sobre drogas, antipsiquiatría y teatro de guerrilla.

Autores como Copi o Roland Topor se incorporan al catálogo de Contraseñas, la colección golfa de Anagrama, que a partir de 1978 publicará los primeros títulos de Bukowski en español.

Tusquets lanza el sello Acracia -dirigido por Carlos Semprún Maura-, que recupera clásicos libertarios junto a obras modernas, entre otros, de Fernando Savater. A partir de 1980, se produce un giro en la línea editorial que se mantiene hasta hoy.


EL CINE "UNDERGROUND"


A mediados de los setenta, las clases de Pere Portabella en el Institut del Teatre fueron un lugar de encuentro para los enterados (Jordi Cadena, Jesús Garay, Antoni Padrós, Quim Monzó)

El primer aparato de vídeo que llegó a Barcelona se vio en esas clases.

En el cine de Padrós hay continuas referencias a la gauche divine, Cadaqués y al yogur Danone (Portabella era uno de los propietarios)


PRIMERAS COPAS


La prosa de los manifiestos y proclamas era dura de roer. Los bares contribuían a que fuera más llevadera.

Los de Ajoblanco frecuentaban la Enagua, el Drac Blau, la Araña y la Chapa (todos en la zona alta) y a veces acababan en casa de Luis Racionero en Vallvidrera (que entonces tomaba Parfait d'Amour)

Al sur, el Villarrosa, Les Enfants Terribles, el London, el Texas.

En 1978 abre, en el Tibidabo, el primer bar "moderno" -Merbeyé-, diseñado por Mariscal.


POR PATRIA, EL MUNDO


Catalanismo e internacionalismo pueden ser compatibles, rezaban los más optimistas.

Agustí Pons, que en esta época frecuentaba los círculos libertarios -Sisa le dedicó su disco Galeta Galàctica-, fue quien más abundó en esta idea, con libros como Converses Amb Frederica Montseny (1977) y Tretze Contes Llibertaris (1981)

En una línea similar -aunque más cáustico-, el también periodista Ramon Barnils.


LA "MOVIDA"


Algunos de los protagonistas del resurgir de Madrid a comienzos de los ochenta -Ouka Lele, El Hortelano, Cessepe- pululan por Barcelona en esos días.

Pepe Ribas sitúa en una comuna catalana el germen de la famosa "movida".

También Almodóvar venía a menudo. Su novela Pathy Diphusa nació de un encargo de la revista Star.

Coincidiendo con el fin de la cultura libertaria se inicia en Barcelona un "impasse" que durará varios años.



JULIÀ GUILLAMON

Artículo publicado en La Vanguardia el 25 febrero de 2000.